Las emisions de dióxido de carbono, que son una de los principales causantes del denominado "efecto invernadero", proceden fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles, sobre todo en las centrales térmicas. Otras fuentes emisoras de CO2 son el transporte, la industria en general y las calefacciones domésticas que utilizan carbón.

Según los científicos que forman el Panel Internacional para el Estudio del Cambio Climático, el CO2 procedente de la quema de combustibles fósiles ha contribuido en un 55 por cento al aumento del "efecto invernadero" en los últimos diez años.

Asimismo, coinciden en señalar que las tres cuartas partes del total de emisiones de dióxido de carbono proceden de los países industrializados. Dentro de la CE, el país con el índice de emisión más alto es Luxemburgo, con 6,7 toneladas de CO2 por habitante y año.

Le siguen Holanda (3,5 toneladas de CO2 por habitante y año), Alemania (3,3), Bélgica (3,2), Dinamarca (3,2), Reino Unido (3), Irlanda (2,02), Italia (2), Francia (2) y recia (1,9). El índice de emisión de este gas en Francia no es proporcional a su grado de desarrollo industrial debido a que utiliza bastante fuentes energéticas nucleares.

EMISIONES DE AZUFRE

En cuanto a las emisiones de dióxido de azufre (SO2), originadas principalmente en las centrales térmicas abastecidas por carbón, España también se encuentra entre los países de la CE menos contaminantes (4,3 toneladas por kilómetro cuadrado).

Por debajo de España se sitúan Irlanda, con 2 toneladas de SO2por kilómetro cuadrado, Portugal (2,2), Francia (2,7) y Grecia (3,8). Los países comunitarios más contaminantes son Reino Unido (15,4), Bélgica (12,9), Alemania (9,3), Dinamarca (7,7), Italia (6,9), Luxemburgo (6,6) y Holanda (5,3).

El azufre suspendido en la atmósfera y en contacto con el agua origina la denominada "lluvia ácida", de graves consecuencias para los bosques.

España, junto con Irlanda y Portugal, también se encuentra a gran distancia del resto de los países comunitarios en las emisines al aire de sustancias contaminantes como los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles, también conocidos como materias orgánicas en suspensión o "humo negro".

En opinión de los responsables de la Secretaría General de Medio Ambiente, España puede continuar sin grandes alteraciones su desarrollo industrial actual, ya que es uno de los países menos contaminantes de la CE, mientras que otros estados comunitarios deberán reducir en mayor proporción sus emisiones.

No obstante, segú los expertos, acondicionar los procesos industriales a unos niveles de protección ambiental adecuados costaría a las empresas españolas cerca de 1,2 billones de pesetas de aquí a 1994.