Romero, que se entrevistó en Madrid con su homólogo portugués, Alvaro Cunha, dijo en rueda de prensa que España "intentará reflejar sus posiciones en la nueva política agraria de la CE, para lo que necesitará, ien un amplio consenso, o bien una posición de fuerza desde la que negociar. Para ello, habrá que mantener una política activa de negociaciones y pactos con otros países, además de Portugal".

Romero y Cunha se mostraron partidarios de afrontar una profunda reforma de la PAC, por considerar que el actual "status quo" agrario de la CE no defiende los intereses de las áreas desfavorecidas o de montaña y las explotaciones familiares.

Para el responsable portugués de Agricultura, "la actual PAC tiene ue reformarse porque no apoya debidamente las rentas agrícolas" en la Península Ibérica, sobre todo en las zonas donde más se necesita de su ayuda, como las áreas desfavorecidas y de montaña.

Carlos Romero agregó que España ha reiterado su disposición a lograr esa reforma de la PAC y dijo entender a quienes el orden agrario actual les va bien y no muestran excesivo interés por modificarlo.

Recordó que el diagnóstico agrícola de la Comunidad realizado por el comisario europeo de este sector, Ray MSherry, "ha sido bastante crudo", pero anunció que España seguirá a la espera de conocer una propuesta concreta de reforma antes de pronunciarse sobre la nueva PAC.

Cunha, al igual Romero, afirmó que está expectante ante las decisiones sobre nuevos precios agrícolas para 1991 que podría adoptar mañana el Consejo de Comisarios de Agricultura.

Aunque no quisieron hacer valoraciones sobre los nuevos precios, los dos ministros pidieron que la propuesta de precios que se acepte, y que tendrá que ser arobada después por el Consejo de Ministros de Agricultura, "debería ser neutral, y no perjudicar los intereses de España y Portugal" mediante una reducción de casi el 50 por ciento en los cereales, como ha avanzado algún medio de comunicación.

Cunha añadió, por su parte, que esa política de precios para 1991 debe seguir unos criterios que no sitúen a España y Portugal en una posición de desventaja para el resto de las negociaciones de la PAC.