Así se pone de manifiesto en el III Anuario de la Comunicación del Inmigrante en España, editado por la consultora Etnia Comunicación y presentado hoy en Madrid en un acto en el que participó la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí.

En su intervención, Rumí aseguró que el Gobierno no ha puesto en marcha una nueva política de inmigración por la crisis económica, sino que desarrolla de forma normalizada la existente, que es "flexible y con capacidad de adaptación a los cambios que se producen en nuestra realidad".

Esta política, continuó, no se basa en su vertiente económica en el establecimiento de cupos de inmigrantes dentro del mercado laboral. Lo que hace el Ejecutivo, dijo Rumí, es "medir, evaluar y cuantificar las demandas de los empleadores y en el ejercicio de su responsabilidad, potenciar, como no, la contratación de españoles y extranjeros procedentes del mercado interno, antes de recurrir a la contratación externa".

El III Anuario de la Comunicación del Inmigrante en España señala, concretamente, que este país precisará hasta 2012 de más de 100.000 trabajadores cualificados procedentes de fuera cada año y que las profesiones más demandadas serán las relacionadas con los sectores tecnológico, ingeniero, consultor y sanitario.

En la misma línea, el informe indica que otros perfiles profesionales complicados de cubrir en España siguen siendo los profesionales técnicos de cualificación media y los de oficios manuales cualificados como electricistas y soldadores.

MENOS JÓVENES PREPARADOS

La dificultad para cubrir estos puestos de trabajo reside, en parte, en la falta de españoles cualificados, según puso de manifiesto en la presentación del documento Ana Calderón, directora de Etnia Comunicación, quien señaló que los jóvenes preparados en edad de acceder al mercado laboral han pasado de 664.000 en 1991 a 369.000 en 2007 en este país.

En este sentido, Calderón apuntó también que junto a la falta de jóvenes cualificados en España está el problema del paulatino envejecimiento de su población. Este país, explicó, a pesar del positivo efecto migratorio, sigue teniendo una de las tasas de natalidad más bajas del mundo.

En virtud de esta situación, España precisará hasta 2020 de al menos 1,3 millones de profesionales cualificados para mantener la competitividad de su economía.

Sin embargo, la coyuntura económica actual hace prever que el número de extranjeros que vengan a España disminuya notablemente. En este sentido, el informe apunta que en los próximos tres años, la entrada anual de inmigrantes podría ascender a 250.000 ó 300.000 anuales, es decir, la mitad de la registrada en los últimos años.

El Anuario de la Comunicación del Inmigrante en España ofrece en esta ocasión dos informes sobre la idiosincrasia de los colectivos rumano y búlgaro residentes en este país.