Un 10% de la población podría desarrollar algún tipo de trastorno epiléptico a lo largo de su vida si llegara a los 80 años y aunque la mayoría de las epilepsias tienen un curso benigno no existen en la actualidad fármacos que eviten su aparición, sino que reducen sus síntomas, según el doctor José María Serratosa, profesor asociado de la Unidad de Epilepsia de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

El doctor Serratosa también explicó que la atención de la enfermedad no es homogénea en España, "depende de la comunidad autónoma, de la provincia, hasta de la calle en la que vivas. Puede que del tratamiento de la enfermedad se ocupe un especialista en la materia o el médico de atención primaria".

No existen tratamientos que realmente curen la enfermedad. Hasta ahora todos los medicamentos controlan las crisis o reducen su frecuencia y severidad, pero no eliminan la causa de la dolencia por la multicausalidad del trastorno.

La epilepsia, que sigue siendo una enfermedad estigmatizada, que los padres intentan esconder, según el doctor Rufo, tiene un origen génetico. "En la mitad de las epilepsias hay una causa genética".

Asimismo, Serratosa aconsejó a los padres con hijos epilépticos que lo comuniquen siempre al colegio, porque ocultar la enfermedad es contraproducente.

Respecto a la estigmatización de esta dolencia, el doctor Rufo señaló que se sigue "considerando retraso mental, enfermedad mental y no neurológica" y que la ley tendrá que corregir este error.

Por su parte, el doctor Antonio Gil-Nagel, del servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional de Madrid explicó que "no hay que meterle ni palos, ni cucharas de madera a las personas que sufren un ataque de epilepsia. Lo importante es no perder la calma, impedir que si se produce vómito, entre en los pulmones, y alejar cualquier objeto que puede dañar".