Este organismo, que agrupa a las principales discográficas de todo el planeta, ha decidido presentar este año en España su estudio anual por la envergadura que ha alcanzado la piratería en este país, el más afectado de Europa por este problema, según señaló el presidente ejecutivo de la entidad, John Kennedy.

De acuerdo con el informe, España es una de las diez naciones donde la circulación fraudulenta de música ha alcanzado unos niveles "inaceptables", junto a Brasil, China, Indonesia, México, Pakistán, Paraguay, Rusia y Ucrania.

Uno de cada cuatro discos que se venden en España es ilegal y el mercado pirata tiene actualmente un valor aproximado de 62 millones de euros.

A ello hay que añadir los daños que provocan las descargas en la Red. Se estima que el año pasado, los usuarios españoles se bajaron ilícitamente 240 millones de archivos musicales a través de Internet.

El mercado legal en España se ha reducido en torno al 40 por ciento en los últimos cinco años y el informe habla de la existencia de unos niveles de "top manta" y "mochileros" "muy importantes".

La IFPI tiene constancia de que en España se produjeron el año pasado 13.500 actuaciones policiales contra la venta fraudulenta de música, se intervinieron 4 millones de soportes y más de 2.000 grabadoras y fueron detenidas cerca de 3.000 personas.

CHINA, EL MAYOR MERCADO

En todo el mundo, uno de cada tres discos que se venden es pirata. En 2004 se comercializaron un total de 1.200 millones de CD ilegales, un 34 por ciento de todos los vendidos.

China es el mayor mercado pirata del mundo, con un índice de consumo ilegal de música próximo al 85% y un valor de 411 millones de dólares. Paraguay, con un 99%; Indonesia, con un 80%, y Rusia, con un 66%, se sitúan a continuación en las posiciones más altas del ránking.

Los autores del informe señalan que a pesar de estas cifras, el crecimiento de la piratería en este tipo de soportes se ha reducido de modo significativo en los últimos tres años gracias, en parte, a las acciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad en países como México, Brasil y España.

La piratería de discos ópticos creció en 2004 un 2 por ciento, hasta situarse en 1.200 millones de unidades, lo que supone el nivel de crecimiento más bajo de los últimos cinco años, aunque esa cifra sea el doble que en 2000.

John Kennedy hizo un llamamiento a las Administraciones públicas de todo el mundo "para que se tomen en serio" esta lacra.

"Ya no es aceptable", señaló, "que los gobiernos cierren los ojos o consideren la piratería como un pequeño mal social, porque el mercado ilegal de música está destruyendo la creatividad y la innovación, eliminando puestos de trabajo y financiando al crimen organizado".

Para Antonio Guisasola, presidente de Promusicae (Productores de Música de España), la entrada en vigor en España del nuevo Código Penal o el Plan Integral Antipiratería que ha aprobado el Gobierno han sido "dos hitos importantes" en la lucha contra el problema.

"Sin embargo, de nada sirve tener una buena ley si su aplicación no es efectiva. Desgraciadamente, hoy en día en España existe una situación en la que es muy poco arriesgado delinquir contra los bienes protegidos por la propiedad intelectual", remarcó Guisasola.