Los datos del Banco Mundial muestran que, en contra de la percepción general, muy centrada en la inmigración, España sigue sacando todavía un gran partido de sus emigrantes en el extranjero, que en 2004 repatriaron 6.900 millones de dólares.

Esa cifra sólo se vio superada por las remesas remitidas por emigrantes hacia la India (21.700 millones de dólares),China (21.300 millones), México (18.100 millones), Francia (12.700 millones) y Filipinas (11.600 millones).

El "top 20" de los países que más ingresos obtienen por las remesas de sus inmigrantes se completa con Bélgica (6.800 millones de dólares), Alemania (6.500 millones), Reino Unido (6.400 millones), Marruecos (4.200 millones), Serbia (4.100 millones), Pakistán (3.900 millones), Brasil (3.600 millones), Bangladesh (3.400 millones), Egipto (3.300 millones), Portugal (3.200 millones), Vietnam (3.200 millones), Colombia (3.200 millones), Estados Unidos (3.000 millones) y Nigeria (2.800 millones).

De este listado se deduce que ni siquiera un país con tan alta tasa de emigración como Marruecos obtiene más que España por las remesas que envían a casa sus trabajadores en el extranjero.

No obstante, este análisis debe matizarse, según el Banco Mundial, teniendo en cuenta que las cifras oficiales no reflejan toda la realidad y que los emigrantes emplean a menudo vías extraoficiales para mandar el dinero a sus próximos: hacerlo llevar en mano por medio de amigos o a través de operadores no registrados.

Ese ha sido siempre un fenómeno corriente, pero que se ha visto intensificado en respuesta a los mayores controles establecidos tras los atentados del 11-S, según confirman encuestas directas en los hogares de los países de destino de las remesas.

En todo caso, la cuantía total de las remesas no expresa la importancia que los emigrantes tienen para sostener un determinado país tanto como puede hacerlo el saber qué porcentaje supone ese dinero en relación a su PIB.

Moldavia, por ejemplo, obtuvo el 27,1% de su PIB de 2004 del dinero enviado por sus emigrantes; Lesotho, un 25,8%; Haití, un 24,8%; Bosnia-Herzegovina, un 22,5%; Jordania, un 20,4%; Jamaica, un 17,4%; Serbia-Montenegro, un 17,2%; El Salvador, un 16,2%; Honduras, un 15,5%; Filipinas, un 13,5%; y la República Dominicana, un 13,2%.

IMPRESCINDIBLE FUENTE DE DIVISAS El Banco Mundial calcula que las remesas de emigrantes ascendieron en 2004 a 225.800 millones de dólares. De esa cifra, a los países en vías de desarrollo fueron a parar 160.000 millones, aunque los expertos del Banco Mundial creen que la cantidad real podría ser hasta un 50% superior, como consecuencia de los envíos de dinero por canales informales.

Las remesas de inmigrantes son fundamentales como fuente de divisas para los países en desarrollo, hasta el punto de que, actualmente, les reporta tanto como lo captado por las inversiones foráneas y más del doble que la ayuda oficial al desarrollo.

Del "boom" de los movimientos migratorios en la última década da idea el dato de que las remesas de divisas hacia países pobres oficialmente computadas se han triplicado en ese periodo, al pasar de 58.000 millones de dólares en 1995 a 160.000 millones en 2004.

La enorme corriente de remesas que eso ha generado se ha convertido también en un negocio para bancos y empresas dedicadas a las transferencias de dinero (otra razón que explica el envío por medios extraoficiales). El Banco Mundial denuncia que las comisiones aplicadas a esas transferencias puede llegar hasta el 10% y el 15% de la cantidad transferida.