El "pasaporte mortuorio" es ua de las medidas contenidas en el Acuerdo de Estrasburgo sobre traslado de cadáveres, que fue ratificado por el Gobierno el pasado mes de febrero y publicado en el BOE dos meses más tarde.

El documento incluye los datos personales del fallecido, la causa de la defunción según el código numérico de clasificación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, el medio de transporte del féretro, el itinerario y el destino.

En caso de que el médico forense no pueda revelar la causa del falleimiento por morivos de secreto profesional, el féretro irá acompañado por un certificado lacrado que exponga la causa de la muerte y que será entregado a la autoridad competende en el Estado de destino.

El acuerdo de Estrasburgo también establece las características que deben cumplir los féretros para el traslado, con materia absorbente en su interior y un dispositivo depurador para equilibrar la presión interior y exterior.

El exterior del féretro podrá ser de madera con paredes de 20 milímetrosde espesor y un recipiente interior de cinc soldado, o cabe que sea un féretro único con paredes de un espesor medio de 30 milímetros forrado con una hoja de cinc.

La normativa del Consejo de Europa establece que en casos de fallecimiento por enfermedad contagiosa, el cadáver deberá ir envuelto en un sudario impregnado en una solución antiséptica.

Los países firmantes del acuerdo son: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, España, Finlandia, Grecia, Islandia, Luxemburgo, Noruega, Holanda, Portugal, uecia, Suiza y Turquía.

Las condiciones de traslado marcadas por el acuerdo de Estrasburgo también tendrán validez para los países que suscribieron el año 1937 un acuerdo del mismo porte en Berlín.