La composición y viabilidad de la FAR española está ctualmente en fase de estudio, para tratar de conjugar las necesidades nacionales con los compromisos adquiridos por nuestro país en la Alianza Atlántica y en la Unión Europea Occidental (UEO).

Esta fuerza planteará problemas en el Ejército de Tierra, ya que tanto el Aire como la Armada disponen de unidades especializadas en actuar con rapidez e impondrá un mayor grado de profesionalidad a los efectivos terrestres, ya que sólo la Legión y los Paracaidistas reúnen ambos requisitos.

La misión de laFAR consistirá en intervenir en cualquier teatro internacional cuando se produzcan situaciones de crisis, aunque su organización estará limitada por los escasos recursos económicos destinados en España a la defensa.

PUNTOS DEBILES

De estas fuerzas formarán parte la caballería ligera, la infantería, los grupos de montaña, las brigadas mecanizadas y los grupos de apoyo de combate y otros logísticos, un punto débil de la actual Administración militar, según reconoció el ministro.

El mando correrácargo de un cuartel general con la suficiente capacidad de convocatoria para evitar que sus miembros estén permanentemente acuartelados y de reducido tamaño, acorde con las posibilidades españolas y con sus hipotéticos escenarios de actuación.

España no adoptará un modelo similar a las Fuerzas de Intervención Rápida que ya tienen Inglaterra o Francia, ya que pondrá el acento en que "la calidad supere a la cantidad", aunque la composición de la fuerza siempre estará en sintonía con lo que estipulen lo organismos internacionales.

La "cumbre" de Maastricht, que se celebrará la próxima semana, perfilará en parte la creación de un ejército europeo, en el que España contribuirá con el mismo grado de compromiso que otros países, manteniendo siempre la flexibilidad, un concepto que, según García Vargas, choca con la tradición militar de nuestro país.