La falta de acuerdo mantiene atracados 400 barcos españoles desde hace casi un año y ha dejado sin trabajo a unos 4.000 pescadores que reciben ayudas de 155.000 pesetas mensuales y que caducan el próximo mes de noviembre.

Por un lado, las autoridades españoles tratan de fortalecer la participación de la flota de bajura en los caladeros más cercanos, como Mauitania, Túnez y Senegal, donde podría reubicarse parte de la flota afectada. Incluso se habla de pescar en aguas argelinas y libias.

Desde otra dimensión, España ha abierto negociaciones con los países del Pacífico Occidental con el fin de que los atuneros españoles de gran tonelaje puedan mantener allí su actividad e incorporar en sus plantillas a algunos de los pescadores afectados por el parón de la actividad en Marruecos.

Las negociaciones se realizan con Papúa-Nueva Guinea, las Islas Salomón Kiribatí y otras islas que forman parte de lo que se conoce como el Forum Fisheries Agency, aguas donde abunda la pesca y está en niveles bajos de explotación. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, se reunirá el próximo jueves con el ministro de pesca de Kiribatí.

Finalmente, España mantiene también contactos con países iberoamericanos que están empezando a desarrollar su sector pesquero, como Perú, para firmar acuerdos de colaboración encaminados a que empresas españlas puedan participar en el desarrollo de esas flotas.