De acuerdo con estos datos, en el período 1984-94 la presión fiscal ha ido avanzando moderadamente en la mayoría de los países de la OCDE e incluso ha descendido en 7 de los 24 países. En esos años, la media de los ingresos fiscales ha crecido dos puntos en el conjunto de la OCDE, hasta alcanzar un 38,7% del PIB.

Sin embargo, hay una serie de pases, entre los que se encuentra España, que han registrado aumentos notables de su presión fiscal, que superan con creces el promedio de la OCDE. Destacan Italia y Finlandia, en los que la presión fiscal ha aumentado en 11,4 y 8 puntos, respectivamente, hasta representar el 46,3% y el 47,2% de sus respectivos PIB en 1994.

A continuación se sitúa Grecia, con un aumento de la presión fiscal de 6,3 puntos, con lo que se sitúa en cerca del 41% de su PIB, y España, que ha pasado de una presión fiscal que rpresentaba el 28,8% de su PIB en 1984 al 35% el pasado año, lo que supone un crecimiento de 6,2 puntos.

Con esta presión fiscal, España se sitúa por debajo de la presión media del conjunto de países de la OCDE, pero supera a la de países como Canadá, Australia, Japón, Portugal, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.

Los aumentos de la presión fiscal más moderados han correspondido en la última década a Portugal, de 0,4 puntos, Austria (0,8 puntos), Suiza (1 punto), Noruega (1,2), Islandia (1,4), Almania (1,6) y Estados Unidos (1,7 puntos).

Siete países consiguieron incluso reducir su presión fiscal en los últimos diez años, destacando la disminución de Luxemburgo, de 4 puntos, Reino Unido (-3,8 puntos), Bélgica (-0,9), Canadá (-0,9), Australia (-0,8), Francia (-0,4) e Irlanda (-0,2 puntos).