Según datos de Eurostat, entre 1996 y 2005, los precios crecieron un 18,2% en los países de la Eurozona, frente a un 28,3% en España.

El diferencial acumulado es muy notable frente a los dos países centrales de la Eurozona, Alemania y Francia, en donde la inflación acumulada en el periodo fue de sólo un 12,8% y un 15,4%, respectivamente.

Es muy probable que el crecimiento de los precios en niveles sensiblemente superiores a los socios de la Eurozona haya continuado en enero de 2006, cuando la inflación interanual alcanzó en España el 4,2%.

Precisamente, el Banco de España alertó el pasado lunes de los riesgos de pérdida de competitividad que se derivan del crecimiento de los precios.