Según fuentes de la Policía Municipal de Madrid consultadas por Servimedia, cualquier persona que miccione en la calle puede ser denunciada por la misma falta que comete quien arroja un papel o un cigarrillo, que conlleva una multa por falta por higiene y limpieza.

Sin embargo, un hombre que orine en la calle en presencia de un grupo de mujeres puede ser denunciao por escándalo y alteración del orden público, lo que puede suponer una pena de privación de libertad.

Según las fuentes consultadas, las penas que imponen los jueces por este tipo de faltas varían desde la sanción económica mínima de 25.000 pesetas a penas de privación de libertad por unas horas, en el caso de los llamados 'exhibicionistas'.

En el caso de realizarse una estadística sobre el colectivo que utiliza en más ocasiones las calles como servicio, ocuparía el primer puesto el de los taxitas, que, según las fuentes policiales, "suelen buscar sitios apartados para realizar sus necesidades, por lo que no se les suele multar".

SERVICIOS PUBLICOS

Por su parte, Juan Carlos Decó, consejero delegado de la empresa Cemumasa, adjudicataria de las cabinas de servicios públicos repartidas por las calles de Madrid, señaló a Servimedia que la capital de España "es una de las ciudades europeas donde más se utilizan estas cabinas de aseos".

Según los datos recogidos por esta empresa, las 12 cainas de aseos repartidas por el centro de Madrid tienen un uso diario de 53 personas por cabina, lo que supone que 636 personas utilizan diariamente este servicio.

Para Juan Carlos Decó, el éxito de estas cabinas, en relación a los servicios de bares y cafeterías, radica en la limpieza e higiene que encuentran los usuarios en el interior de estos servicios. El precio de utilización de las cabinas es de 50 pesetas.