Los ingresos ascendieron a 889,4 millones de pesetas, de los que 759,4 millones correspondieron a las tasa cobradas a los alumnos matriculados para ser pilotos, un 231,6 por cien más que en 1991.

A lo largo del año pasado, se graduaron en Senasa 139 pilotos, 31 más que en el curso anterior. De ellos, 92 formaban pate de las promociones de cursos de piloto en formación para Iberia, principal salida profesional de estos alumnos.

En 1992, las escuelas de Senasa en Matacán (Salamanca) y Ocaña (Toledo) impartieron clases a 277 alumnos. Ello supuso la realización de 11.210 horas de vuelo, 9.642 de simulado y 3.569 horas de formación teórica.

Las inversiones se elevaron a 1.300 millones de peseetas, que se destinaron fundamentalmente a la compra de simuladores de vuelo avanzados.

Senasa impartió en 1992 cursos "ab initio" para alumnos sin conocimientos previos de aeronática, para los que sólo requería titulación de COU. Su precio era de siete millones de pesetas. Los cursos de perfeccionamiento, de seis meses, se cobraron a cinco millones.

Hasta 1986, la formación de pilotos no militares se relizaba en Estados Unidos, ya que no existía ni la Escuela Nacional de Aeronáutica, el precedente de Senasa, ni las escuelas privadas actualmente en funcionamiento.