Ramírez se escudó en el secreto profesional para no desvelar al juez las fuentes que facilitaron la documentación al diario, pero demintió rotundamente que el autor de la filtración fuera Perote.

El director del diario compareció ante el juez por espacio de una media hora en un despacho del Juzgado Togado Central Militar, situado en el segundo piso del edificio. A la salida, Ramírez se encontró con Perote, que se disponía a prestar declaración en torno a las 21,50 de la noche. El plazo para que el juez decida el encarcelamiento o la libertad del coronel expirará a las 3 de esta próxima madrugada.

El juez preguntó al periodist sobre los términos en los que tuvo acceso a la documentación publicada por "El Mundo" sobre las escuchas del CESID, ante lo cual Pedro J. Ramírez trató de "colaborar al máximo dentro de los límites que impone el secreto profesional".

El director de "El Mundo" se llevó una sorpresa al entrar en el despacho en el que iba a prestar declaración y reconocer al juez militar que le iba a interrogar, al ser el mismo que le interrogó en 1991 sobre los casos 'papá Tango' y 'papá Golf', relacionados con planes e las Fuerzas Armadas españolas. Gracias a esta relación personal, Ramírez pudo asegurar que el juez es "una persona recta y tomará una decisión en conciencia".

Durante la declaración estuvieron presentes, además del juez y del testigo, el secretario del juzgado, el fiscal militar, el abogado de Perote y "un general de pelo blanco que ha estado callado todo el tiempo y que no sé qué función cumplía", dijo Ramírez.

A juicio del director de "El Mundo", en la investigación hay dos planos, uno referio a los documentos que ellos publicaron, que según dijo "no atentan contra la seguridad del Estado, sino contra la seguridad política del Gobierno", y por otro lado "los microfilms que nosotros nunca tuvimos".

Al salir del edificio, la abogada de Pedro J. Ramírez explicó que el juez ha tomado declaración durante toda la jornada de hoy a un solo testigo, que al parecer era sargento del CESID.