La denuncia de Manglano es "muy tardía, ya que por lo que esta persona está acusada, es por "llevarse cientos de cintas del CESID cuando dejó el centro, de conspiraciones de altura con Mario Conde y de poner en peligro la propia seguridad del Estado. Es inconcebible que desde que se fue no se le denunciara nada contra él, ni se le persiguiera, sino que se le dan buenos informes para quetrabaje en Repsol y tiene que estallar el escándalo para que se le empiece a perseguir".

Para Diego López Garrido, "aquí el problema serio es la quiebra de la seguridad del Estado, ya que no ha habído sistemas de protección de esas informaciones. Es un elemento de enorme responsabilidad política que afecta a las más altas instancias del Gobierno, al propio Felipe González.

"Es sorprendente que se haya tomado esta decisión ahora cuando al parecer esta persona tenía material muy importante en su poer desde que se fue del CESID, y que sólo cuando Manglano dimite y se está yendo prácticamente es cuando le dirige la denuncia. No tiene explicación", afirmó.

Sobre la comparencencia en el Pleno de los Diputados del próximo miércoles, López Garrido manifestó que "no puede dar las explicaciones un vicepresidente que prácticamente está fuera del Gobierno, junto con el ministro de Defensa, Julián García Vargas, que tienen los días contados. Narcís Serra, con una situación precaria en el Gobierno, no pued ser quien tenga que dar las explicaciones políticas sobre el escándalo".

"Además, no sólo vale ya con pedir responsabilidades, sino poner en el tapete la reestructuración completa de los servicios de seguridad y de inteligencia. Es una cuestión de Estado que no se ha abordado adecuadamente durante la época socialista", manifestó.