García Calvo ha pedido, mediante un anuncio en varios medios de comunicación, ayuda económica para saldar la cuenta que mantiene con Hacienda. El escritor también anuncia que nunca ha realizado su declaración de la renta y que se niega a hacerlo porque no cree en una sociedad basada únicamente en el dinero y porque la sociedad y el Estado no pueden estar fundamentados en el crterio de la rentabilidad.

El filólogo aseguró que no puede pagar los 10,5 millones de pesetas que le exige Hacienda y que lo que pretende no es abrir una suscripción popular entre sus lectores, sino que, entre ellos, algún capitalista resuelva su problema.

García Calvo estima que su postura es consecuente con una línea de oposición al "régimen del desarrollo" que viene manteniéndose, en el que "todos somos dinero y no hablamos de otra cosa". Esto, en su opinión, hace que, al cabo de casi 30 años,"la brigada político social arcaica de tiempos del franquismo esté hoy representada por la Inspección de Hacienda y demás organismos".

El escritor expresó el orgullo que siente al poder promover iniciativas de este tipo, aunque afirmó que su intención no es crear una objeción fiscal institucionalizada, sino que su protesta se centra en un ataque al desarrollo y el valor del dinero.