Los escolares católicos escoceses van a colegios separados de otros niños a partir de los cinco años, algo que la Iglesia católica defiendey que muchos sectores consideran la causa del enfrentamiento entre ambas comunidades.

Por ello, el Ejecutivo ha propuesto que escuelas de una y otra confesión compartan las clases de teatro, deportes y los viajes escolares, según anunció el primer ministro escocés, Jack McConnell.

McConell también pidió la colaboración ciudadana para acabar con este enfrentamiento. "En las comunidades escocesas es donde han nacido y se han desarrollado las actitudes fanáticas, y son en ellas las que deben luchar por erradicarlas" subrayó.

La propuesta se enmarca en un programa más amplio del Ejecutivo escocés para poner fin a la división entre católicos y protestantes, que contempla el endurecimiento de las sanciones por conducta antisocial durante procesiones, actos deportivos y otras manifestaciones públicas.