Así lo afirma un estudio dirigido por el profesor Julio Alcaide que publicará próximamente la revista "Papeles de Economía, de la Fundación FIES, y que fue presentado hoy en la sede de la Cajade Cataluña.

El análisis, que centra su interés en la evolución de las rentas regionales, señala que la crisis actual tiene un fuerte componente de debilitamiento del tejido industrial, lo que hace que sean las comunidades con más implantación de empresas del sector secundario las que estén acusando fuertemente la crisis.

Como consecuencia de ese proceso, en el que las regiones ricas crecen menos que las pobres, el trabajo de Julio Alcaide observa "una progresiva reducción de las diferencias entr las rentas disponibles familiares por habitante de las distintas comunidades".

Para los responsables del informe, esa evolución de la renta está ayudada por la "fuerte acción redistributiva de las administraciones públicas, en especial de la Seguridad Social".

Las comunidades que, según esta estimación, superaron en 1992 un aumento del PIB del 1 por cien fueron: Extremadura (1,4), Cauta y Melilla (1,3), Andalucía y Baleares (1,1) y Castilla-La Mancha y Murcia (1 por cien, respectivamente).

l crecimiento de la economía extremeña como consecuencia de la producción eléctrica y de su incipiente recuperación turística, originado probablemente por un aumento de los fluos procedentes de Portugal.

También tuvo sus efectos turísticos la Expo, que facilitó a Andalucía un notable aumento del sector servicios mientras que el progreso de Baleares tubo más de inercia sobre el auge de años turísticos anteriores.

LAS MAS DEBILES

A la cabeza de las más débiles se situó Castilla y León, con un creimiento inferior a la media nacional (0,7 por cien), al tener la única evolución negativa y descender un 0,1 por cien, mientras lograron crecer levemente con niveles del 0,5 por cien en Aragón, Valencia y Madrid, y del 0,6 por cien en Canarias y La Rioja.

El considerable peso que aún tiene la agricultura y ganadería en la economía castellano-leonesa, con un descenso en su actividad del 5 por cien durante el año pasado, han pesado considerablemente sobre el balance económico regional, algo parecido a l ocurrido en Aragón.

El caso de Valencia tiene que ver con la recesión que vive el sector de la construcción residencial, cuyo crecimiento en años precedentes había sido excesivo, añaden, mientras que en Madrid es la recesión industrial, pura y dura, la que sigue ahciendo extragos en el empleo y en la capacidad de renta disponible de las familias.

Ejes expansivos de fuerza considerable en los años precedentes, como el denominado "arco mediterráneo" y el "valle del Ebro" vieron debilitarse su puls económico, con la única excepción de Murcia y Navarra.