Varios documentos recogen que Rubio tenía una cartera de Pagarés del Tesoro -fiscalmente opacos- de casi 100 millones de pesetas, de los que se fue deshaciendo durante el 1988, año de las controvertidas operaciones del ex gobernador.

El responsable del banco emisor invirtió sumas importantes en Bolsa, por las que obtuvo una alta rentabilidad. El listado de operaciones muestra compras y ventas de acciones bancarias del Central Hispano, de empresas eléctricas y de otros valores ue registraron importantes subidas durante esos meses.

Entre las operaciones rápidas efectuadas por Mariano Rubio destaca la realizada con acciones del BCH, con las que ganó casi 2 millones de pesetas en 15 días gracias a su información privilegiada.

EL PROXIMO CAPITULO, EN EL MOPT

El nuevo capítulo de la corrupción está en el MOPTMA, donde el juez de Delitos Monetarios, Miguel Moreiras, investiga las supuestas falsificaciones, con un sello oficial, de tarjetas de transporte duplicadas.

Mauel Panadero, secretario general para los servicios de Trasporte del MOPTMA, según 'El Mundo', "conoció y consintió" las actividades presuntamente delictivas del actual subdirector general de Gestión y Análisis del Trasporte Terrestre, Pedro Martínez Aguilera, quien está siendo investigado por legalizar desde su despacho las tarjetas de transporte duplicadas.

Pedro Arroyo, uno de los gestores beneficiados de estas falsificaciones, es amigo de Martínez Aguilera. Arroyo es el propietario Gestiones Más, esde la que se elaboraban tarjetas de transpote que luego eran legalizadas por Aguilera.

La venta de cada tarjeta reportaba ingresos de hasta dos millones de pesetas, según las estimaciones apuntadas por el diario 'El Mundo'.

Por otra parte, el MOPTMA adjucidó "a dedo" en 1992 un contrato de asistencia técnica para elaborar el Plan Hidrogogico Nacional. El Ministerio acudió para ello al procedimiento de "reconocida de urgencia".

Respecto a la trama del ex responsable de la Guardia Civil, Lui Roldán, el calculo de cantidades obtenidas ilegalmente en operaciones especulativas oscila entre 5.000 y 6.000 millones de pesetas, la mayoría de ellos a base de comisiones ilegales por obras y suministros.

Durante la etapa de Luis Roldán al frente del Instituto armado se contrataron obras por valor unos 70.000 millones de pesetas, destinadas sobre todo a cuarteles.