Fernando Silva era un interno de primer grado, categoría que corresponde a los más conflictivos, y permanecía en prisión preventiva desde noviembre de 1990 acusado de varios delitos de asesinato, terrorismo y pertenencia a banda armada, aunque en la cárcel de Granada sólo llevaba desde el pasado mes de febero.

El terrorista, uno de los más peligrosos miembros de los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO), es un "veterano" que ha pasado por numerosos establecimientos penitenciarios y que cumplió condena entre febrero de 1977 y mayo de 1988 por su participación en los secuestros de Antonio María de Oriol y del teniente general Emilio Villaescusa.

A pesar de estar incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) y de encontrarse en un módulo de aislamiento, Slva efectuó un agujero en el muro de la celda y desde allí pasó al patio del módulo.

Una vez allí, abrió una brecha en la red metálica que cubre dicho patio, a través de la cual accedió a los tejados del establecimiento, y desde la cubierta de un pabellón vivienda saltó al exterior.

Las mismas fuentes indicaron que se han desplazado a la prisión granadina dos inspectores y se ha abierto una información reservada para aclarar cómo ha podido suceder la fuga y dirimir las posibles responsabilidades. "Al ser un 'grapo' en primer grado, en principio tiene que estar supercontrolado de manera continua, con cacheos muy periódicos o casi permanentes, con cambios continuos de celda", señalaron.

"Es un poco inexplicable", añadieron, "que habiendo unas directrices bastante concretas para este tipo de internos nadie se haya enterado de nada; cómo puede hacer una persona un agujero en la pared, andar por tejados...".

"Incluso cuando salta del último tejado a la calle, se encuentra al lado de una grita, a unos 10 ó 15 metros; los funcionarios tienen que hacer por la noche rondas nocturnas y nadie ha oído nada, nadie se ha enterado de nada", comentaron las fuentes penitenciarias.

Estas sólo se explican lo sucedido por que se haya incumplido "bastante seriamente" la normativa que existe al respecto.

TENTATIVA ANTERIOR

Fernando Silva ya intentó fugarse el 3 de septiembre de 1991 de la prisión de Cartagena, pero fue descubierto cuando trataba de saltar un muro interior del recinto. En el momnto de la alarma emprendió la marcha un coche sospechoso estacionado junto a la cárcel.

El "grapo" fue sorprendido cuando estaba subido al primer muro, llevando una cuerda y un gancho, después de haber serrado los barrotes de la celda.

Silva Sande fue detenido, junto a otros 4 miembros del "comando itinerante" de los GRAPO, a finales de octubre de 1990 en Madrid. Desde que ingresó en la cárcel, en noviembre de ese año, pasó por los centros de Alcalá-Meco, Cartagena, Granada y Alcalá-Meco de nuevo último destino que tuvo antes de llegar a la Prisión Provincial de Granada, de donde escapó esta madrugada.

Curiosamente, Andrés Puga, director de la prisión de Granada, declaró a Onda Cero, horas antes de producirse la fuga de Silva, que "es muy difícil escapar de la cárcel de Granada". Puga explicó las evasiones anteriores diciendo que habían sido "con bastante riesgo para los internos".

El director de la prisión justificó esas intentonas por la coincidencia de una serie de factores, "difícile de explicar aquí (en la radio) y en tan breve espacio".

Por otra parte, el alcalde de Granada, el socialista Jesús Quero, afirmó hoy que Instituciones Penitenciarias considera que es urgente trasladar la prisión provincial fuera del casco urbano.

El edil anunció que el Ayuntamiento firmará en breve un convenio con el Ministerio de Justicia para adquirir el solar en el que ahora se levanta la penitenciaría.

La nueva prisión estará ubicada en las afueras de la capital granadina, en una parcel de 11.000 metros cuadrados que aún no ha sido localizada pero que deberá cumplir 4 condiciones: estar a menos de 30 kilómetros de la ciudad, a menos de 30 minutos en automóvil, en un lugar llano y junto a una carretera nacional.