Los funcionarios del centro encontraron al reso, que cumplía condena en régimen de segundo grado, a primera hora de la tarde en su celda, con una jeringuilla hipodérmica clavada en el brazo izquierdo.

Las mismas fuentes aseguraron que trasladaron al interno inmediatamente a la enfermería de la cárcel, donde falleció minutos después.

La muerte de Jesús Lirio se suma a las de las cuatro personas que, en el último mes, cayeron víctimas de sobredosis o consumo de drogas adulteradas, en la provincia de Toledo.

Las investigaciones policials han revelado que estos accidentes pueden tener su origen en la distribución de una remesa de heroína adulterada, posiblemente con estrignina.

Por otro lado, entre los meses de marzo y diciembre del presente año, los medios de comunicación han reflejado la muerte de 18 reclusos en las cárceles españolas.

Uno de ellos, José Manuel Martínez Bautista, de 39 años, murió por una sobredosis el pasado 9 de septiembre en el centro penitenciario de Herrera de La Mancha.

Según los datos que recientemnte hizo públicos Antoni Asunción, secretario general de Asuntos Penitenciarios, el 44 por ciento de los presos han tenido alguna relación con la droga, mientras que entre el 17 y el 20 por ciento pueden ser considerados como toxicómanos.