La medida pretende proteger a los agentes autonómicos que participan en la investigación policial de un delito, ante la posibilidad de que accidentalmente contaminen la escena de un delito y puedan pasar de forma errónea al banco genético como sospechosos.

La Ertzaintza cuenta con la Base de Datos Identificación Genética. Su finalidad es identificar a implicados en delitos, personas desaparecidas y cadáveres de desconocidos.

Esa base de datos se intercambia en España con Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos d'esquadra y el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Además, en el ámbito europeo se comparte con otros siete países enmarcados en el Tratado de Prüm, entre ellos Francia y Alemania.

En esa base de datos internacional, cada cuerpo policial vuelca los perfiles genéticos de personas anónimas y sospechosas de participar en un delito para su posible identificación en contraste con el archivo de personas conocidas.

La inclusión del perfil genético de los "ertzainas" en ese archivo de personas conocidas permitirá lo que técnicamente se denomina "descarte por contaminación", evitando el perjuicio al agente y al trabajo de los propios cuerpos policiales como por ejemplo se puede dar en los controles de seguridad de los aeropuertos.

La recogida del perfil genético de los "ertzainas" será voluntaria, comenzará próximamente y se hará con técnicas no invasivas sobre muestras biológicas como la saliva.

Esta práctica es común en los cuerpos policiales europeos y dentro de la Ertzaintza se viene haciendo selectivamente entre agentes que entran en contacto directo con la escena de los delitos.