Lo hizo en su intervención en la comparecencia de Sánchez en el Congreso para dar cuenta de los últimos consejos europeos, la reciente reunión con Marruecos y la situación de la guerra de Ucrania. Partió de que estamos en la recta final de la legislatura para creer oportuno ese “primer balance”: que “el Gobierno, cada vez que se atreve a dar batallas, gana aprobación social e iniciativa política”, mientras que, cuando duda o se detiene “retrocede”.

Errejón interpreta que el Gobierno “no tiene oposición enfrente”, al menos política, porque la derecha sufre “un enorme agujero intelectual”, al estar “carentes de modelo” y “armados de recetas que no han funcionado en ningún sitio, por lo que “sólo pueden apostarlo todo al desastre”, aunque “han predicho demasiadas veces la hecatombe y todas ellas se han equivocado”: con el tope al gas, el impuesto a los bancos o la subida del SMI.

Por eso, dedujo que “la verdadera disputa” ha de darse “en la vida cotidiana”, en “empeñarse en que la gente no sufra y la felicidad no sea un lujo”, y reiteró una tesis que ya expuso ayer en rueda de prensa cuando se le preguntó por el enfrentamiento entre Sumar y Podemos: “La izquierda, si no quiere perder el norte, debería hablar mucho más de esto que de sí misma”.

El líder de Más País instó a llevar la democracia a la calle, porque, “si el día a día sigue siendo el reino del sálvese quien pueda, la desconfianza y la arbitrariedad”, los valores de la derecha se seguirán reproduciendo ellos solos como lo normal”. Justo cuando esos valores están desacreditados en el nuevo paradigma mundial y se puede instituir “un nuevo contrato social” en favor de las mayorías sociales, para sentar “un nuevo suelo del que no puedan bajar los gobiernos que estén por venir”.