En su intervención en la comparecencia de Sánchez en el Congreso de los Diputados para dar cuenta del espionaje con el programa Pegasus sufrido por él y por líderes independentistas, Errejón comenzó interpretando que la prestaba “forzado por el resto de grupos parlamentarios”, porque el Gobierno, en este tema, “siempre fue por detrás de los acontecimientos”, primero negando el espionaje, luego reconociéndolo parcialmente y hasta reivindicándolo y luego denunciando que Sánchez y varios ministros habían sido espiados.

Deslizó que “una hipótesis es porque el Gobierno no estaba muy seguro de las actuaciones de algunos aparatos del Estado”, a los que atribuyó “una tendencia marcada a independizarse por encima del control democrático”. Y la explicó por la “concepción patrimonialista del Estado” que a su juicio tiene la derecha, y que hace que cuando gobierna tiene “todo el poder sin contrapesos”, mientras que cuando lo hace la izquierda está “como inquilino, intentando no molestar mucho” a esos poderes ocultos.

Errejón terminó advirtiendo a Sánchez de que eses problema “no se resuelve sólo por la alternativa electoral”, por lo que le emplazó a “librar esa batalla”, porque “de no librarse, la alternativa es seguir perdiendo autoridad” ante la sociedad.