La iniciativa de Esquerra está motivada por las declaraciones del Papa en su pasado viaje a África, por entender que "perjudican los compromisos de la comunidad internacional y los esfuerzos de la comunidad científica en la prevencióny lucha contra el contagio del sida".

Exige, asimismo, que el Gobierno español reaccione "enérgicamente" frente "a todo Estado u organización que, en el futuro, ponga en cuestión la utilidad del preservativo como medio profiláctico contra la transmisión de virus", puesto que su eficacia "ha sido reconocida científicamente".

ERC quiere también que el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, deje claro en sus contactos con las autoridades de otros países, las organizaciones internacionales y las ONG que "el Gobierno español no comparte las opiniones del Papa sobre el sida y que éstas no tendrán de ningún modo influencia en la política de cooperación al desarrollo de España".

La pretensión de Esquerra es que el Pleno del Congreso se sume a una declaración en la que quede patente "su consternación y rechazo" a las palabras de Benedicto XVI, quien afirmó que "no se puede superar el sida con la distribución de preservativos, al contrario, aumentan el problema".

Y que afirme "solemnemente que, tal como está acreditado científicamente, el preservativo masculino de látex es la tecnología individual disponible más eficaz para reducir la transmisión sexual del VIH y otras infecciones de transmisión sexual".

ERC entiende que las afirmaciones del Papa contravienen los acuerdos de la Asamblea General de Naciones Unidas de junio de 2006, que sitúan "en el eje de la acción nacional, regional e internacional" el uso de preservativos para prevenir el sida.

Este grupo entiende que "no competería a esta Cámara valorar si el Papa impulsa la castidad entre sus feligreses. Sí lo es hacer llegar a los ciudadanos un mensaje sanitario inequívoco: el sida se evita con la utilización del preservativo".

"Un mensaje falaz y equívoco como el expresado por Benedicto XVI pone en riesgo la salud de millones de personas que pueden llegar a confundir la defensa de una fe con un consejo médico que, como tal, es totalmente falso", concluye Esquerra.