"Sentimos, en primer lugar, como nuestro el dolor y el sufrimiento de tantas personas víctimas de la guerra y de sus secuelas", dicen los prelados. "Lamentamos que los responsables de las naciones y pueblos implicados y de los organismos europeos e internacionales no hayan impedido o cortado antes esta guerra cruel".

Pedimos a Dios y a Nuestra Señora que concedan a aquellos pueblos hermanos enfrentados el precioso don de la paz, del perdón y de la reconciliación, para que puedan emprender una nueva etapa de convivencia pacífica y de colaboración. Exhortamos a todos a esta oración", agrega la nota.

"A los cristianos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad en España les pedimos solidaridad y generosidad para seguir contribuyendo a remediar o paliar los efectos devastadores de esta guerra fratricida y a eviar que puedan volver a surgir conflictos parecidos".

La Conferencia Episcopal Española finaliza afirmando que "está incrementando las relaciones con aquellas iglesias hermanas en orden a un mejor conocimiento de su situación y a una ayuda más generosa y eficaz".