Los miembros de la expedición, Yaiza, Azucena y Emilio, están controland bien su diabetes a pesar de los cambios horarios, la comida y la dureza del viaje. De esta forma, la expedición está demostrando que una persona diabética puede llegar tan lejos como se lo proponga, siempre que esté bien controlada.

Los tres jóvenes están realizando más mediciones de glucosa en sangre de lo habitual (entre 5 y 6 al día) y se administran la insulina con una pauta flexible. Gracias a estos controles, se encuentran perfectamente frente a las situacione límites que están soportando.

La expedición, organizada por la Fundación para la Diabetes, pretende concienciar a la sociedad de un problema que afecta en España a más de 2.500.000 familias y demostrar que no se trata de una enfermedad incapacitante.