Mientras que en 1975 el consumo de alcohol puro per cápita era de 14,2 litros, en 1994 ascendió a 9,7 litrs, lo que sitúa a España en el décimo puesto a nivel mundial.

El informe sañala que España ocupa el séptimo lugar en lo que se refiere a consumo de bebidas espirituosas, y el décimo en cuanto a consumo de vino.

La ingestión de este tipo de bebidas se redujo durante los últimos años, pasando en el caso del vino de 76 litros de media por persona y año en 1975 a 32,2 litros en 1994.

Respecto a la cerveza, aumentó el consumo en volumen, pero disminuyó en alcohol. Esta paradoja obedece a que alguas marcas redujeron los grados.

En el consumo de cerveza se aprecian más variaciones que en el resto de las bebidas alcohólicas y, al contrario de lo que ocurre con otro tipo de bebidas, aumentó, ya que mientras que en 1975 el consumo se situaba en 44,3 litros, en 1994 ascendió a 66 litros, si bien en 1992 se alcanzaron los 70 litros.

Según la Asociación de Distribuidores de Grandes Marcas de Bebidas, estos datos demuestran que la ingestión de bebidas alcohólicas desde 1975 se ha reducido consideablemente. Sin embargo, esta asociación pone de manifiesto que no se ha conseguido evitar el abuso en el consumo entre algunos jóvenes.

Por este motivo, Adigram considera necesario poner en marcha una política preventiva que actúe contra el abuso y no contra el consumo moderado.