La semana pasada, la publicación de los datos de la EPA referidos al primer trimestre del año provocó una polémica sobre la influencia que tuvieron en el descenso del paro (cifrado en más e 200.000 personas) los cambios metodológicos introducidos.

Mientras el PSOE atribuyó el descenso a este factor, tanto el Gobierno como el propio INE insistieron en que no influyó en el mismo el hecho de que, por primera vez, se registre el número de subempleados, es decir, el de trabajadores con jornadas laborales muy pequeñas que desean un puesto de trabajo a tiempo completo.

Algunos expertos en estadística económica también se sumaron a las críticas y afirmaron que los resultados de la EPA ente el cuarto trimestre del año pasado y el primero de éste no son homogéneos, puesto que por primera vez se han introducido las encuestas telefónicas, lo que ha influido en el descenso del número de parados.

Hasta ahora, todas las entrevistas realizadas eran personales, por lo que, en opinión de los economistas, se sobrevaloraba el número de desempleados, por ser las personas más fáciles de encontrar en su domicilio.

Aunque estos economistas reconocieron que los resultados de la EPA están ahora má cerca de la realidad, insistieron en que, en cualquier caso, no se pueden comparar directamente los resultados entre el cuarto trimestre de 1998 y el primero de éste, porque no son homogéneos.