En declaraciones a Servimedia, el doctor Roca indicó que fechas señaladas como el Día de Todos los Santos o el de Navidad pueden "reactivar" algunos procesos emocionales y afectivos en las personas que pasan un duelo por la pérdida de un ser querido que hacen que los dolientes se sientan peor anímicamente.

Este psiquiatra recordó que el duelo es un proceso adaptativo normal ante una pérdida que tiene consecuencias psicológicas (tristeza), biológicas y sociales, y que no ha de tratarse médicamente si estas consecuencias no se extienden en el tiempo más de lo normal o si no son más intensas de lo esperable.

En este sentido, el experto señaló que la duración del duelo depende de las circunstancias personales de cada uno y del tipo de relación que mantenía con el ser querido. No obstante, se suele decir que un duelo deja de ser normal para considerarse patológico cuando persiste tras seis o doce meses después de la pérdida del familiar o amigo.

Cuando esto sucede, explicó el psiquiatra, es cuando puede hablarse de duelo patológico, el que termina en depresión y requiere, por tanto, de ayuda médica.

A este respecto, el profesional hizo hincapié en señalar que el duelo debe abordarse médicamente sólo cuando se prolonga en el tiempo más de lo esperable y se convierte en depresión, ya que el sufrimiento tras la muerte de un ser querido es una respuesta natural y normal al dolor que hay que pasar sin remedio.

Los principales factores que hacen que unas personas padezcan depresión y otras no tras el fallecimiento de un familiar o amigo son, según este especialista, la personalidad y las circunstancias de cada uno y su predisposición a los cuadros depresivos y de ansiedad.

Se calcula que más o menos un cinco por ciento de la población española se enfrenta cada año a un proceso de duelo por la pérdida de un ser querido.