ENTIERRO GURDIAS CIVILES. EL GOBERNADOR CIVIL DE SALAMANCA PIDE MAS RIGOR EN LA CONCESION DE PERMISOS DE ARMAS

SALAMANCA
SERVIMEDIA

Unas 2.500 personas asistieron hoy en Salamanca al entierro del guardia civil Manuel Sousa Casado, asesinado ayer junto a un compañero en la localidad de Siete Aguas, a unos 50 kilómetros de Valencia.

Entre los asistentes se encontraba el gobernador civil de Salamanca, Francisco Javier Rodríguez, quien lamentó que una simple multa de tráfico de 25.000 pesetas pudier haber desatado tal agresividad y que reflexionó sobre los permisos de armas.

"Creo que hay que ser muchísimo más rigurosos y muchísimo más exigentes con el tema de las licencias de armas de fuego, fundamentalmente de las pistolas", dijo el gobernador civil.

La indignación fue la constante de las muestras de dolor manifestadas a los familiares del sargento, cuyo funeral se celebró en la iglesia de San Esteban, y tras el cual se procedió al traslado de sus restos mortales al cementerio de la capitl.

Manuel Sousa, que tenía 38 años de edad, estaba casado y era padre de dos hijas de 9 y 15 años, fue tiroteado junto a otro compañero por un hombre que disponía de licencia de armas de tiro olímpico y que después también acabó con su propia vida.

Por su parte, el sacerdote que ofició la homilía, Gregorio Celada, hizo un llamamiento a los sentimientos humanos del perdón y la condescendencia.

Los restos mortales de Manuel Sousa, cuyo padre y hermanos también son o han sido miembros de la Benmérita, descansan en Salamanca por expreso deseo de sus padres, residentes en esta ciudad.

(SERVIMEDIA)
15 Jun 1994
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