Junto a la familia, asistieron cerca de 200 funcionarios de prisiones, la mayoría de Martutene, cuyo director, Angrés Gonzalo, manifestó la desolación de los compañeros del asesinado. También se dieron cita en el cementerio representantes del sindicato ELA y de partidos políticos vascos, como PNV, Eusko Alkartasuna y PSOE.

Tras el entierro, el directo general de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, junto a casi un centenar de funcionarios se concentraron en el exterior de la prisión de Martutene para condenar el asesinato de su compañero.

Una vez concluido el acto de protesta, Yuste manifestó estar convencido de que "la labor de los funcionarios de prisiones es esencial en un Estado de derecho y es una función digna que nadie puede manchar con un asesinato".