Según el sindicato Satse, pese a que la dirección del centro conoce este problema, no ha hecho nada para solucionarlo y se ha limitado a responder que "con una sola ATS es más que suficiente para velar".

El 22 de octubre, la supervisora del servicio presentó su dimisión cuando a las 10 de la noche llegó a la planta, sin previo aviso, un paciente con el 40 por ciento de su cuerpo quemado para ser curado.

La enfermera de guardi manifestó que no podía efectuar las curas, porque estaba sola en la planta y tenía más de 30 pacientes a su cargo, dos de ellos muy graves por sufrir quemaduras de origen eléctrico.

Por ello, comunicó al Servicio de Urgencias que lo único que podía hacer era colocarle paños estériles toda la noche y aplazar las curas hasta la mañana, cuando hay más personal. El médico de guardia ordenó que fuese atendido e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), debido a la gravedad de sus heridas.

PROESTAS Y AMENAZAS

Tras el suceso, las 7 enfermeras de la planta protestaron ante la dirección y la plantilla nocturna fue reforzada entonces con 3 ATS más. Sin embargo, el jueves pasado, según Satse, se ordenó que el turno de noche lo hiciese sólo una profesional.

Ese mismo día, las enfermeras amenazaron con despedirse y se negaron a atender a un número tan elevado de pacientes, por la alta responsabilidad que conlleva y que no es compartida por el hospital.

Por su parte, la dirección del cenro afirma que "las enfermeras de quemados prefieren velar solas para acumular libranzas". Esta acusación es desmentida por estas, que dicen que "por término medio tenemos más de 30 días perdidos en libranzas; días que hemos tenido que trabajar por necesidades de servicio, al existir una demanda tan exagerada de enfermeras".

El sindicato Satse asegura en un comunicado que este hecho se está generalizando en los hospitales de la Comunidad de Madrid, debido al déficit de profesionales (más de 10.000) y ala falta de interés de la Administración por resolver estas situaciones.