Aunque las tasas son similares a las del resto de España, confirman un descenso continuado más acusado en los hombres que en las mujeres, debido a la disminución de la mortalidad por cardiopatía isquémica (relacionada con los infartos de miocardio).

Según estudios epidemiológicos, la alimentación desequilibrada, el consumo de tabaco y alcohol y la falta de ejercicio físicoson los indicadores asociados a una mayor morbilidad por enfermedades cardiovasculares.

La Consejería de Salud, que ha editado una guía para la prevención de estas enfermedades, se propone como objetivo, dentro del Plan Andaluz de Salud, disminuir la morbilidad en un 15% y aumentar en un 20% el número de ciudadanos con factores de riesgo controlados por el sistema sanitario, disminuyendo la prevalencia de los factores de riesgo en la población general en un 10%.

La guía recomienda aumentar el conumo de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, fibras y antioxidantes, fundamentalmente vitaminas A, E y C y algunos minerales como el selenio, mediante la ingestión de legumbres, verduras, frutas y cereales integrales. Además, propone moderar el consumo de grasas, especialmente las saturadas, así como la ingesta de alcohol y sal.