En declaraciones a Servimedia, Llamazares dijo que sería "muy grave" mantener esas ayudas, que han encontrado serias objeciones de la Unión Europea, en una situación en la que tendrán todavía menos justificación porque "trasladar al sector público costes de transición a la competencia cuando esa competencia no existe es un regao a manos llenas", máxime cuando la empresa resultante quedará en una posición de dominio del mercado en la que podrá maximizar sus beneficios.

Por esa razón, Llamazares señaló que, si esta fusión sale adelante, urge replantear las reglas del juego del sector, ya que el protocolo eléctrico "salta por los aires". Añadió que el Gobierno parece actuar en este caso con una complacencia que contrasta con la actitud que tuvo ante la fusión de Unión Fenosa e Hidroeléctrica del Cantábrico.

El portavoz deIU expresó también su preocupación por el futuro del empleo en el sector, ya que la concentración implicará probablemente un ajuste de plantillas, así como por las perspectivas del sector minero, dependiente de la demanda de carbón por parte de las compañías eléctricas.