CCOO aseguró que "es consciente de que en una fusión por absorción, como es el caso de estas dos compañías, la parte absorbida mantiene sus condiciones durante tres años y, en este sentido, es necesario dar una mayor estabilidad y seguridad a las plantillas.

Para el sindicato, una de las principales preocupaciones "es la venta de activos a nuevos operadores que van a entrar en el mercado eléctrico español", y consideró que es fundamental "que las condiciones de los trabajadores que sean segregados o vendidos a otras empresas sean respetadas en el traspaso y de cara al futuro".