Este compromiso, en el que ni Endesa ni el reso de compañías eléctricas conocen aún el precio al que deberán adquirir el gas, supone que el grupo eléctrico estatal asume, directa o indirectamente, el compromiso de producir en el 2.000 el 53 por cien de la energía que deberá generarse con gas natural procedente de Argelia.

Concretamente, Endesa asume la generación de 970 megawatios (Mw) de potencia eléctrica, gestionados directamente por el grupo, y otros 2.715 Mw a través de sociedades en las que es el principal accionista, Fecsa (1.370 Mw) y Sevllana de Electricidad (1.345 Mw).

Por su parte, Iberdrola, el primer grupo eléctrico privado del país, asume un compromiso equivalente al 35 por cien de la energía que deberá producirse con gas a finales de siglo, mientras que Unión Fenosa, la compañía presidida por José María Amusátegui, hará lo mismo con el 11 por cien restante.

Estas obligaciones asumidas por el sector, que afectan a un total de 26 plantas generadoras que en su mayoría funcionan con fuel y deberá modificarse para recibir el ga, irán aplicándose gradualmente entre 1996 y el año 2000, con una inversión por cada una de las instalaciones de unos 2.000 millones de pesetas, lo que supondrá un desembolso para el sector de 52.000 millones de pesetas.

Sin embargo, la principal incertidumbre del acuerdo es el precio al que deberán pagar el gas que recibirán, 136.740 millones de termias, y cuya falta de acuerdo ha forzado el arbitraje del Ministerio de Industria, cuyo responsable, Juan Manuel Eguiagaray, anunciará su decisisón en lospróximos días.

El punto de partida del arbitraje para Eguiagaray está en el márgen que han dejado los negociadoras de las eléctricas y Enagás en tres meses de reuniones, y que hizo a las primeras elevar su pretensión inicial de 1,3 pesetas por termia a 1,57 que estaría dispuesta a pagar, mientras que la gasista bajó de 2,03 pesetas que exigía en un principio a 1,79 pesetas.

La resolución definitiva obligará a Eguiagaray a buscar un punto medio ante ambas posturas, que en términos económicos supon una diferencia de unos 30.000 millones de pesetas para el conjunto del acuerdo del 96 al 2000.

No obstante, el ministro cuenta con limitaciones para adoptar una decisión, y es que una reducción de unos céntimos puede suponer para Enagás perder dinero en sus contratos de suministro con Argelia, según afirman algunos de sus responsables, por lo que no se descarta una solución más próxima a las peticiones de Enagás que las del conjunto del sector.