La cifra total de ingresos es ligeramente inferior (-1,08%) a la del año anterior, como consecuencia de la caída (-2,84%) registrada en los juegos de gestión privada y, dentro de ellos, localizada en las máquinas 'B', que pieden un 2,67% del total de beneficios brutos.

No obstante, las llamadas popularmente máquinas 'tragaperras' encabezaron el ránking de ingresos, con 270.000 millones de pestas. A continuación, el cupón de la ONCE, 200.487 millones, seguido de los bingos que recaudaron 187.000 millones; loterías nacionales, 166.000 millones; loterías primitivas, 94.000 millones; casinos de juego, 38.000 millones; apuestas de fútbol (quiniela), 28.000 millones; y Bono-Loto, 18.000 millones.

Los ingresos obtenidos tanto por el Estado, a través de la Organización Nacional de Loterías del Estado, como por la ONCE, son netos, previa deducción de costes de explotación y funcionamiento, pasandolos primeros a engrosar la cuenta del Tesoro Público y los segundo a financiar fines propios de la Organización Nacional de Ciegos.

Precisamente, los valores negativos apreciados en las cifras de ingresos obtenidas por las empresas privadas, son absorbidos por los juegos públicos, que pasan del 29% al 30,63%; y ONCE, que lo hace del 18,82% al 20,03%.

En general, el informe señala que los juegos privados, en todos los casos, ofrecen mejores posibilidades de ganancias a los jugadores, pues devuelve el 73,4%, debiendo deducir del resto, además de los gastos de explotación, los impuestos, tasas y recargos que reciben las Haciendas autonómicas.

Por el contrario, los juegos públicos devuelven una media del 64,58% y la ONCE aproximadamente el 48%. En definitiva, el 32,31% de lo jugado por los ciudadanos revierte en las empresas y organismos gestores del juego.