Durante el pasado año esta tendencia afectó tanto a grandes como a medianas empresas, entre ellas la empresa de gestión de residuos Veolia, la aeronáutica EADS, el distribuidor de material deportivo Decathlon, y la conservera Bonduelle, que crearon 38 fundaciones sociales, elevando el total a 178 en el país vecino.

Otra novedad registrada en 2005 fue que un mayor número de compañías crearon fundaciones solidarias para la promoción de las artes y la cultura, tal como subraya un estudio de la consultoría Ernst&Young, lo que podría reflejar una mayor conciencia de las empresas con respecto a su papel social y medioambiental.

Los incidentes violentos registrados en los extrarradios de las principales ciudades galas a finales del año 2005, también parecen haber influido sobre esta tendencia.

Así, la fundación del banco BNP Paribas, que cuenta con fondos de 3,5 millones de euros y es muy activa en el ámbito cultural, decidió el pasado mes de diciembre dedicar un millón de euros a iniciativas en barrios sensibles, mientras que la del banco Dexia de Crédito Local incrementó los fondos a este fin, para llegar a los jóvenes más vulnerables a la marginación, una causa por la que ya se habían movilizado los Ferrocarriles Franceses y Air France.

Por su parte, la Fundación de las Cajas de Ahorro y la del Banco de Crédito Hipotecario de Francia han creado un premio dotado con 150.000 euros a los proyectos inmobiliarios más accesibles para los enfermos, los discapacitados y los mayores. France Telecom también se ha solidarizado con la discapacidad a través de sus programas de ayuda a personas autistas, ciegas y sordas.

Por su parte, la aseguradora Axa reparte 13 millones de euros anuales a través de sus programas sociales en todo el mundo, en los que participan 18.000 de sus trabajadores y colaboradores. El año pasado esta fundación financió la participación de los deportistas franceses en los Juegos Paralímpicos.