Según datos del Barómetro del clima de negocios en España, elaborado por Invest in Spain, sociedad estatal para la promoción y atracción de inversiones exteriores, en concreto cerca del 30%planea incrementar sus inversiones (frente al 65% del año pasado) y aproximadamente un 45% las mantendrá (el año pasado, este procentaje se situaba en torno al 20%):

En lo relativo al empleo, el 75% de las casi 300 empresas extranjeras consultadas preve aumentar (31%) o mantener (44%) su número de trabajadores, mientras que el 25% anuncia una reducción de empleos (cifra similar a la del ejercicio precedente).

El barómetro, elaborado por segunda vez y que tiene vocación de permanencia en los próximos ejercicios, desvela que los inversores extranjeros puntúan con 3,16 sobre 5 el clima de negocios en España.

Por otro lado, puntúan con 3,5 sobre 5 la situación en España, frente a la que encuentran en los demás países donde tienen sedes sus empresas (frente al 4,3 con que o puntuaben el año pasado).

De este modo, "si bien la valoración general sigue siendo positiva, se observa un moderado descenso de la misma en casi todas las áreas analizadas" y "se observa un deterioro en las expectativas de resultados de las empresas, lo que se traduce en una mayor cautela en cuanto a sus planes de inversiones y contratación de personal".

FORTALEZAS Y DEBILIDADES

Según los datos del barómetro, recogidos entre mayo y agosto de 2008, las empresas valoran como las princpipales "fortalezas" de España aspectos del entorno de negocios (como la competitividad de los sectores o la calidad de los proveedores cualificados), de los costes operativos (coste de la mano de obra cualificada) y de la fuerza laboral (capacidad de aprendizaje, y calidad de las escuelas de negocio).

También valoran positivamente la calidad de vida (más en lo relativo al ocio y la cultura que a la sanidad y la seguridad), el transporte y las comunicaciones y las infraestructuras.

Las debilidades, por contra, son el deficiente conocimiento de idiomas (y, en general, el sistema educativo), la dificultad para contratar y despedir a los trabajadores y la ineficiencia del sistema judicial.

Según datos del Ministerio, en 2007 las inversiones directas extranjeras en España llegaron a 36.031 millones de euros y, en el primer semestre de 2008, a 29.513 millones (+490% en comparación con el mismo periodo de 2008, en parte debido a la opa sobre Altadis).

En 2007, España pasó a ocupar el séptimo lugar mundial en la recepción de inversión extranjera directa, desde el puesto 16 del año anterior, en la clasificación de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).