LAS EMPRESAS DE CURSOS EN EL EXTRANJERO NEGOCIAN CON LAS CCAA PARA LUCHAR CONTRA LOS PROMOTORES "PIRATAS"

MADRID
SERVIMEDIA

La Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce) ha iniciado conversaciones con las consejerías de Educación de las comunidades autónomas para combatir la proliferación de empresas "piratas" en el sector, que surgen cada año en vísperas de las vacaciones del verano.

Según informó a Servimedia el presidente de Aseproce, Juan Manuel Elizald, los contactos también se han producido con el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, ya que los principales clientes de estos cursos de idiomas son jóvenes, en su mayoría menores de 18 años.

Los cálculos que maneja esta asociación son que un 40 por ciento de las empresas que organizan cursos en el extranjero actúan sin ningún tipo de control administrativo y no ofrecen garantías legales a sus clientes.

Aseproce se queja de que el Ministerio de Educación conoce desde hace años el desconteto de las empresas legales ante el creciente intrusismo, pero no actúa.

La asociación asegura que, excepto un ligero control fiscal, hay una falta total de legislación en este negocio, que permite funcionar a empresas y particulares sin escrúpulos que incumplen los contratos, no ofrecen seguros a los clientes y que luego cierran sus "chiringuitos" y desaparecen una vez terminada la campaña de verano.

Aseproce denuncia que los promotores "piratas" están generando una creciente desconfianza en muchs padres, que se muestran reticentes a enviar a sus hijos al extranjero ante el temor a una deficiente calidad del programa en el país de destino.

Las principales quejas recibidas se refieren a que el número de horas de clase recibidas y el tiempo de duración de éstas no se corresponden con lo ofrecido.

Aseproce aconseja a los padres que se asesoren bien con profesionales del sector antes de contratar un curso, y que confirmen aspectos fundamentales como el número de clases, si el alojamiento vaser en familia o en residencia y que exista un seguro para los menores de edad.

El año pasado, el sector creció un 5 por ciento, en una tendencia de ligero ascenso que se viene manteniendo en los últimos años. En total, salieron unos 200.000 estudiantes, el 85 por ciento de los cuales fue para cursos de verano. Inglaterra e Irlanda son los destinos preferidos por los padres españoles, con el 60 por ciento de los cursos, seguido de Estados Unidos y Canadá.

Un curso estándar de cuatro semanas y un veintena de clases en Gran Bretaña, en régimen de estancia en familia, ronda las 300.000 pesetas. Esta cifra se eleva a casi las 400.000 si el curso se desarrolla en la costa este de Estados Unidos.

(SERVIMEDIA)
02 Mayo 2000
JRN