La empresa afectada es Barrenetxea Goiri, una compañía que se dedica a la fabricación de envases de metal para la conservación de pescado y en la que trabajan 50 personas.

Según fuentes de la lucha antiterrorista, esta entidad figura en la lista negra de ETA por no pagar el denominado "impuesto revolucionario".

Confebask transmitió su "solidaridad y cercanía con la dirección y trabajadores de la empresa afectada", así como su "respaldo y reconocimiento a la labor que tanto Barrenechea Goiri como el conjunto de las empresas realizan en Euskadi".

En este sentido, la patronal vasca elogió "la entereza, firmeza y compromiso con este país que especialmente demuestran todas aquellas que soportan el chantaje y la amenaza permanente".

La organización de los empresarios vascos señaló que "hechos de esta naturaleza inducen al desaliento y ensombrecen las expectativas de paz que se intentan generar en la sociedad vasca".

Además, exigió el "cese inmediato y total de la actividad armada para que podamos todos pensar que hay un camino de esperanza efectivo del que ninguna víctima queda excluida".