Para algunos de estos propietarios de salas, el coste de explotación de un cine de gran tamaño ya no es rentable, pero la dificultad pararecibir la licencia de obras les impide transformarlo en varias salas pequeñas. "Sólo queremos adaptar las salas a las necesidades", señaló Del Villar. "Debería permitirse la remodelación antes que dejar morir una sala".

El concepto de gran auditorio de cine, utilizando locales heredados, en gran parte de los casos antiguos teatros, está llamado a la extinción, según los exhibidores, porque cada día es más difícil llenarlos con un sólo título y el coste de explotación es el mismo con diez espectadoresque con mil.

Los multicines ocupan el mismo espacio que una gran sala tradicional, pero ofrecen la posibilidad de proyectar varias películas distintas en las diferentes salas, lo cual atrae a más espectadores y reduce los costes en los casos de películas menos taquilleras.

MASTODONTES POCO RENTABLES

Algunos cines de los tradicionales de Madrid son mastodontes en los que llevan años sin abrir el anfiteatro, con lo que tienen cientos de butacas inutilizadas porque no hay espectadores para llenarls.

"Un ejemplo claro ha sido el caso del Palacio de la Prensa en Madrid", apuntó el presidente de FEECE, "que era uno de los cines flojos de la Gran Vía madrileña y desde que lo han reconvertido en tres salas se defiende mucho mejor, con instalaciones más modernas y funcionales".

"Hoy día se pueden hacer obras que no requieren no cambiar la estructura de la sala", explicó Del Villar, "basta con cerrar por el borde de la barandilla el entresuelo y el anfiteatro y ya tienes ahí otras dos minisalas"

Las remodelaciones de las salas pesan exclusivamente sobre el bolsillo del propietario, que no recibe ninguna subvención para acometer las obras. Lo que sí hay es una línea de crédito blando de 1.000 millones de pesetas del Banco Exterior de España (BEX), a la que sólo acceden una docena de los exhibidores.