EMPRESARIOS Y PROFESORES COINCIDEN EN QUE LA PARTICIPACION DE LAS EMPRESAS EN LA FORMACION DE TITULADOS ES TESTIMONIAL
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La reforma de las titulaciones universitarias no ha despejado, por el momento, el problema de cómo arreglar el "divorcio" que mantienen en nuestro país l universidad y la empresa, según la opinión generalizada de empresarios y profesores universitarios.
En contra de lo manifestado por el ministro de Educación, quien afirmó que la LRU ha arreglado a esta "pareja", profesores y empresarios reunidos en Segovia en unas jornadas sobre "La reforma de las titulaciones y su incidencia en el mundo de la empresa" mantienen que la participación de la empresa en la formación de los titulados universitarios sigue siendo testimonial.
Una encuesta entre numeross empresas del país, realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para el Ministerio de Trabajo y publicada en 1991, revela que a la hora de contratar personal cuando disponen de una vacante, sólo el 2% de las empresas recurren a reconvertir a sus profesionales mediante cursos de formación interna.
El 77,2% de las consultadas acuden al mercado externo en busca de mano de obra -aunque un 65,6% opina que la disponible está insuficientemente formada- y sólo un 10,6% opta por promocionarsus propios trabajadores.
Además, un 28,7% de las empresas envían a sus trabajadores a cursos de formación, porcentaje que sube hasta el 64,1% cuando se trata de empresas de más de 500 trabajadores, un 33,4% si son del sector industrial, un 56,3% si están ligadas a multinacionales y un 58,9% cuando están afectadas por expedientes de regulación de empleo.
Según informó Clemente Rodríguez, director de Recursos Humanos del grupo alemán GEC Alsthom, en España las 187 empresas más grandes dedican mens del 2% de su masa salarial a la formación de sus trabajadores, una cifra muy por debajo de lo que destinan sus homólogas europeas.
Entre las que lo hacen, según la citada encuesta, el método más frecuente (28,1%) es impartir cursos con medios propios, especialmente si se trata de formar a personal de producción. Un 26,1% opta por contratar cursos con entidades privadas, sobre todo para formación de directivos.
Si la reforma de las titulaciones universitarias va a potenciar la formación de los etudiantes en las empresas es una incógnita ante la que empresarios y profesores se mostraron muy escépticos, especialmente en tiempos de crisis.
NECESIDADES DEL MERCADO
La reforma de las nuevas titulaciones ha planteado también la duda de si el catálogo aprobado por el Gobierno se ajusta a las necesidades del mercado.
Clemente Rodríguez opina que "no están todas las titulaciones que demanda el mercado", pero además no es partidario, como la mayoría de los directores de recursos humanos que han articipado en las jornadas, de reformar unos planes de estudio que tiendan a la especialización de las carreras, sino que defiende una enseñanza generalista dentro de una titulación específica.
Por su parte, Marcela Miró, vicerrectora de Alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia, explicó que está muy bien defender carreras generalistas cuando se trata de ocupar puestos directivos -una minoría en España-, pero es una falacia cuando se comprueba que las empresas demandan puestos medios en los qu se exige "un conocimiento del saber hacer".
La adecuación de la universidad al mercado de trabajo es, según estos expertos, muy difícil porque nadie se atreve a predecir la evolución de las necesidades sociales, lo que supone un nuevo obstáculo para la reforma de las titulaciones.
Según señaló la vicerrectora de Alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia, la reforma recién concebida debe todavía esperar a que las universidades desarrollen sus planes de estudio, cuyo plazo máximo acaba denro de tres años, por lo que hasta el año 2.000 no se licenciarán los primeros titulados en unos estudios diseñados ocho años antes.
(SERVIMEDIA)
25 Nov 1992
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