Según el citado rotativo, Sarasola, amigo de Felipe González, ingresó esa cantidad, entre 1985 y 1986, en la sede de Merrill Lynch de la calle Aquilino de la Guardia de la ciudad de Panamá.

El Gobierno colombiano decidió la adjudicación en noviembre de 1983 al consorcio hispano-alemán Metromed. Según "El Mundo", el empresario utilizó una sociedad denominaa Enseco, domiciliada en Panamá, para cobrar sus honorarios.

Las empresas ganadoras del concurso de construcción del metro de Medellín (Entrecanales, Construcciones y Contratas y Ateinsa, por parte española, y Siemens, Dywidag y Man, por parte alemana) se vieron obligadas a pagar en concepto de comisiones por la adjudicación de las obras el 7 por ciento del presupuesto inicial, que ascendía a más de 100.000 millones de pesetas.

Sarasola percibió en su intermediación el 3,5 por ciento de esta cantdad, abonado en un 46 por ciento (unos 1.600 millones de pesetas) por las empresas españolas y el resto (1.900 millones de pesetas) por el grupo liderado por Siemens y Man.

La otra mitad de la comisión, otros 3.000 millones de pesetas, fue a parar a las arcas de los intermediarios colombianos y de las empresas de aquel país que participaron en la construcción, todas ellas próximas a los intereses del círculo político del ex presidente colombiano Belisario Betancur.