Fuentes municipales de la localidad de Usúrbil, donde está asentada la empresa Mariscos Bruño, explicaron a Servimedia que el negocio de esta familia era muy conocido en esta parte de Guipúzcoa.

Las fuentes consultadas explicaron que la empresa de las investigadas por pagar a ETA solía recibir encargos de miembros de las Fuerzas de Seguridad que querían hacer alguna comida o cena en la que hubiera marisco.

Este contacto habitual con miembros de las fuerzas policiales se llevaba a cabo pese a que una de las arrestadas llegó a ser candidata de Herri Batasuna por el municipio guipuzcoano de Orio.

Por otra parte, Andrés Bruño, padre de las hermanas encarceladas, ha declarado ante el juez Baltasar Garzón, que lleva el caso, que la banda etarra extorsionaba a las detenidas desde 1980.

Según Bruño, su familia ha padecido desde hace años un "calvario" por haber recibido "cartas durísimas" de la banda etarra. Esta tesis se contradice con las pesquisas de Garzón, quien acusa a las detenidas de haber colaborado voluntariamente con la organización criminal.