Una representante de la empresa distribuidora, Mara Pellicer, declaró hoy que los laboratorios de Alboraya (Valencia) que se prestaron a la fabricación del chicle "aportaron la fórmula y posteriomente la documentación precisa sellada por la Generalitat Valenciana".

A partir de ahí, se inició la campaña publicitaria del producto y la venta, en julio de 1993. La distribuidora no se preocupó de comprobar el registro "porque teníamos la documentación que es precisa para lanzar al mercado un producto adelgazante", dijo Pellicer. "Nosotros no podemos solictar esa documentación, han de aportarla los laboratorios que fabrican el producto".

Además, el abogado de la disribuidora, José María Borrego, indicó que en este momento la empresa tiene constancia de que en el mercado existe otro producto, de venta en farmacias, casi idéntico a "Biodel" que podría haberles copiado, aunque mantuvo que "no tenemos contrastados estos datos".

Por ello, Borrego mostró su sospecha de que se trate de un caso de "competencia" entre dos productos, en el que uno de ellos odría estar descalificando al otro.

"Biodel" ha logrado en ocho meses de campaña publicitaria ganar 60.000 clientes de los que tres se han quejado de no tolerar el tratamiento. La composición del chicle está realizada con productos naturales "inocuos" , según explicó a Servimedia la doctora Rocío López Blasco, que se pueden comprar en cualquier herboristería.

17.000 PESETAS

El producto se vende al público en un paquete que dura un mes por 16.900 pesetas y que incluye los chicles adelgazantes, cpsulas y un gel reafirmante.

El gel está elaborado en unos laboratorios catalanes y el resto de los productos en Valencia. La campaña de publicidad difundida por distintos medios de comunicación asegura que en un mes se puede adelgazar hasta ocho kilos.

"Biodel" se comercializa en Cataluña, Baleares y Valencia y, a partir de ahora, podría venderse en farmacias si el procedimiento de venta directa queda anulado.