El responsable del instituto explicó a Servimedia que a primeras horas de la mañana los funcionarios revisaron ls instalaciones y les entregaron un veneno especial, que los conserjes deberán colocar en determinadas zonas durante las noches.

Asimismo, realizaron una inspección del edificio y formularon una serie de recomendaciones para evitar la presencia de los roedores, tales como reforzar el aislamiento de la cámara de aire que está entre el forjado y el suelo, y la impermeabilización de las tuberías.

Gómez Recio dio por zanjada la polémica suscitada por su denuncia, que causó el enojo del concejal de Saidad y Consumo, Simón Viñals, quien recordó que no es competencia del Ayuntamiento la labor de desratización de institutos de bachillerato, ya que éstos dependen del Ministerio de Educación.

El director del centro indicó que los empleados municipales se habían comprometido a visitar el instituto, aunque posteriormente anunciaron que no sería posible, porque el concejal de Hacienda había prohibido realizar horas extras y ellos sólo desempeñan su trabajo en horario de mañana.

La existencia de roedoes en las instalaciones alteraba el normal funcionamiento de las clases, ya que hacían saltar constantemente una alarma de rayos infrarrojos, lo que obligaba a la policía a efectuar numerosas visitas.