LOS EMPLEADOS DEL "CAFE DE CHINITAS" RECIBEN EL APOYO DEL CONCEJAL MATANZO, AL SON DE COPLAS CONTRA PITITA RIDRUEJO

MADRID
SERVIMEDIA

La copla que dice que "en el Café de Chinitas ya no se oye ni una palma, por culpa de Pitita, que nos echa por las malas", sonaba esta mañana en el número 7 de la calle Torija, en pleno centro de Madrid, donde los 49 empleados del tablao -vestidos con sus ropas habituales de trabajo- cantaron, bailaron y protestaron por el cierre del local, decetado por el Ayuntamiento e inducido por Pitita Ridruejo, propietaria del edificio.

Algunos ilustres viadantes, como el ex-concejal de Centro, Angel Matanzo, y varios vecinos de la zona mostraron su solidaridad con los empleados del tradicional café, mientras contemplaban animados el improvisado espectáculo.

El director de Relaciones Externas del establecimiento, Javier Sanchez-Ocaña, aseguró a Servimedia que Matanzo es contrario al decreto de cierre del local y le explicó que cuando él era conceal, Pitita le pidió en dos ocasiones que cerrara "Chinitas", a lo que se negó.

Matanzo, según Sanchez-Ocaña, considera que es absolutamente injusto que el propio ayuntamiento luche contra uno de sus símbolos, sinónimo de Madrid en todo el mundo y similar al Folies Bergère de París o a la Escala de Milán.

En 1977, Pitita Ridruejo compró el edificio donde estaba instalado el "Café de Chinitas", por 18 millones de pesetas. En 1978, aportó un expediente de ruina para echar a todos los inquilinos del dificio, que actualmente se encuentra en perfectas condiciones.

La propietaria del local consiguió echar a cuatro de los inquilinos que vivían allí, pero los dueños del "Café de Chinitas" se mantienen, porque han ganado todos los juicios contra ella y, hasta la fecha, han podido evitar el desalojo. Ahora, el edificio sólo está ocupado por el café y en sólo en una de las viviendas habita un hijo de Pitita Ridruejo.

Hace un año, una denuncia anónima en el Ayuntamiento de Madrid solicitaba el cierredel local porque molestaba a los vecinos. El servicio técnico municipal exigió la insonorización del café, pero Pitita Ridruejo no permitió a los propietarios realizar la obra.

El contencioso entre las partes continúa hasta hoy. El día 29 de julio, a pesar de un recurso contencioso administrativo presentado por los representantes del "Chinitas", el ayuntamiento obligó al cierre del local.

El pasado martes, según explicó a Servimedia Javier Sanchez-Ocaña, enviaron un requerimiento notarial a la prpietaria para reiterar la solicitud del permiso de obras, pero ésta aún no ha contestado.

"No tenemos tiempo y a ella le sobra. Hemos ganado pleitos que nos han costado mucho dinero, pero siempre con la puerta abierta. Nuestros ingresos son del día a día nada más, y no podemos mantener las nóminas de 49 empleados indefinidamente", apuntó Sanchez-Ocaña.

3.900 PESETAS, LA COPA

Mientras, los vecinos de las calles limítrofes han mostrado su apoyo a los propietarios del "Café de Chinitas" y están dipuestos a declarar a su favor para que no se cierre el local. "Aquí no hay follones ni ruidos, porque la gente que viene a Chinitas no son yonquis o de los que beben litronas", explicaron.

Una copa en el tradicional local cuesta 3.900 pesetas e incluye la actuación en directo. El tablao abre a diario a las 11 de la noche y cierra alrededor de la 1,30 de la madrugada. Su clientela habitual son turistas.

Los únicos vecinos en el tramo de calle donde está ubicado el café son unas monjas que, según mnifestaron a esta agencia, rezan por ellos "para que no les cierren el local y se queden sin trabajo". En el convento, aseguran que los artistas no les molestan e incluso se atreven a apuntar que les entretiene oir la música.

Para el respresentante del "Café de Chinitas", esa decisión es "como si el ayuntamiento hubiera determinado quitar el oso y el madroño de su escudo. Cerrar 'Chinitas' es cargarse uno de sus simbolos más internacionales desde donde se está defendiendo la cultura, el folclore y el lamenco", subrayó.

Los propietarios están decididos a continuar con las movilizaciones para evitar la clausura definitiva del local.

(SERVIMEDIA)
23 Ago 1993
M