Los empleados de Alditrans volviron a concentrarse durante una hora, por noveno sábado consecutivo, en los jardines de Alderdi Eder de San Sebastián, tras la pancarta habitual con el lema de "Todos somos Josémari".

Junto a ellos se encontraban los dos hijos menores del industrial secuestrado, Oscar e Idoia, y varias decenas de ciudadanos donostiarras que pidieron en silencio la libertad del empresario.

Cercadillo manifestó que en las últimas concentraciones se ha notado una "reactivación" de la participación ciudadana, después e "un pequeño vacío". A juicio del portavoz de Alditrans, la solidaridad con la causa de Aldaya "ha vuelto a resurgir y hay más concienciación. Va más gente a las concentraciones, lo cual es de agradecer".

El trabajador de la empresa de transportes valoró positivamente la decisión de los ayuntamientos de las tres capitales vascas de suspender las recepciones oficiales realizadas con motivo de sus fiestas patronales debido al secuestro del industrial de Irún.

También consideró positiva la manifestción en favor de la libertad de Aldaya que han convocado para el próximo martes las organizaciones pacifistas vascas, que recorrerá las calles de San Sebastián y finalizará en la plaza donde se encuentra instalada la escultura de la Paloma de la Paz, uniéndose a la concentración que todos los martes realizan allí los trabajadores de Alditrans.

Cercadillo no quiso entrar a valorar los lemas coreados por los simpatizandes de HB en las contramanifestaciones realizadas los jueves, donde se gritan consigna en favor de ETA, "los asesinos llevan lazo azul" o "ETA mátalos". El portavoz de los trabajadores de Alditrans indicó que su único objetivo es el de la "libertad inmediata e incondicional de Josémari".